Warren Buffett no sabe dónde invertir
El célebre inversor reconoce que no ve oportunidades para colocar su liquidez de 114.000 millones de euros
El sabio de Omaha, el tercer hombre más rico del planeta, el inversor venerado por el mundo financiero con miles de adeptos repartido por el planeta ya no sabe qué hacer con su dinero. Warren Buffett, el gurú de Wall Street por excelencia, ya no tiene consejos que repartir. Los resultados trimestrales de su holding, Berkshire Hathaway, revelan que la liquidez que tiene en caja se ha disparado hasta la friolera de 114.000 millones de euros.
Los inversores de la compañía deberían celebrarlo, pero al mismo tiempo son inquietos, porque ven que Buffett en estos momentos no parece intencionado a darle un mayor uso. “Existe una creciente frustración entre los inversores por el hecho de que la acumulación de efectivo no se está implementando de manera efectiva”, dijo Cathy Seifert, analista de capital de CFRA Research en Nueva York.
El motivo es que no hay mucha alternativa en las actuales circunstancias. La rentabilidad que ofrecen los bonos es muy baja, cuando no es incluso negativo (Alemania o Suiza por mencionar dos casos). Y la renta variable, con las bolsas norteamericanas en máximos históricos, es cara. “Esperamos utilizar una gran parte de nuestra liquidez para adquirir a largo plazo en nuestra cartera. Sin embargo, las condiciones actuales no son favorables: las cotizaciones son demasiado elevadas para unos inversores concentrados en el largo plazo”.
La regla de oro de Buffett es invertir sólo en aquellas compañías que ofrezcan un retorno al cabo del tiempo, más que dejarse llevar por las modas o el corto plazo más especulativo. El problema es que el inversor, de 88 años y su socio Charlie Munger de 95, no encuentran grandes oportunidades.
Para Buffett, las cotizaciones ahora son demasiado elevadas
Desde hace tiempo ambos evocan la posibilidad de apostar por un compra de gran magnitud, pero ese día tarda en llegar. Al día de hoy la mayor participación de Berkshire es Apple (que Buffett considera como una firma de consumo más que una tecnológica). En mayo del año pasado también anunció estar presente en el capital de Amazon . A Buffett se le ha reprochado de haber entrado tarde en el negocio tecnológico, pero ya tiene presencia en dos de las más reputadas firmas del sector, además de un largo abanico de participaciones, desde Coca Cola, American Express o Wells Fargo.
Los más pesimistas sospechan que la prudencia del célebre inversor podría obedecer al deseo de protegerse frente a una posible caída abrupta de Wall Street en el caso de que la desaceleración económica se intensifique.
Mientras tanto, Berkshire Hathaway navega con viento en popa: los beneficios en el tercer trimestre subieron hasta los 7.000 millones de euros, un 14% más respecto al mismo período del año anterior. Las acciones del grupo llevan en el año una revalorización cercana al 6%, su peor registro en una década. Los inversores esperan que el sabio de Omaha, una vez más, les ilumine.
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